La investigación, que fue efectuada por el Laboratorio de Inmunogenética de CUDAIO, se desarrolló a lo largo de 14 meses y abarcó más de 1500 personas voluntarias.
El Laboratorio de Inmunogenética del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos y tejidos (CUDAIO) desarrolló un estudio para medir el desarrollo y duración de los anticuerpos generados por las vacunas a lo largo del tiempo. Los resultados serán presentados en la Reunión Anual de Sociedades de Biociencias, que se realizará en Mar del Plata en noviembre.
Esta investigación, que concluyó el mes pasado, se realizó con una de las poblaciones más extensas del mundo sobre las vacunas del Covid-19; se extendió por más de 14 meses y abarcó cerca de 1500 voluntarios de la ciudad de Rosario. Para la implementación del relevamiento se contó con la participación clave del Ministerio de Salud de la provincia, en colaboración con un laboratorio privado, que donó los reactivos utilizados.
La biotecnóloga Gretel Naidich, coordinadora del área de Inmunogenética de CUDAIO y líder del proyecto, explicó que “este trabajo no sólo fue el desafío profesional más grande que ha tenido nuestro laboratorio en materia de investigación, sino que además forma parte de los pocos estudios prospectivos en el mundo que abarcan una población tan importante”. Indicó, además que “la meta era estudiar los anticuerpos en 1000 voluntarios a través de las distintas etapas de la vacunación, pero nos encontramos con que una cosa era iniciar en mil personas las tomas de muestras y otra era que esas mil personas cumplieran todas las etapas a lo largo de un año, teniendo en cuenta que su participación era voluntaria. En consecuencia, tuvimos que ampliarnos a cerca de 1500 personas en total, de las cuales 1000 completaron el calendario de vacunación y de muestras de sangre para la investigación”.
El estudio se diseñó en principio para medir exclusivamente la formación y duración de anticuerpos generados por la vacuna rusa Sputnik, aunque se amplió posteriormente a las combinaciones que fueron ofrecidas. El protocolo fue evaluado para su aprobación científica y ética indispensable.
Acerca de la diversidad poblacional estudiada, Naidich puntualizó que “se siguieron las prioridades que fueron estableciendo las autoridades para la inmunización: accedimos primero a un colectivo de trabajadores de la salud, posteriormente desarrollamos la siguiente etapa con personas mayores de 60 años y, por último, trabajamos con jóvenes sin factores de riesgo de salud”. Las personas voluntarias fueron recibiendo periódicamente la medición individual de su carga, a la vez que conocieron los resultados parciales y final del estudio.
En materia organizativa, la investigadora destacó el trabajo del equipo técnico de CUDAIO: “Fue un enorme esfuerzo logístico a lo largo de muchas jornadas para tomar las más de 7.000 muestras de sangre que luego debíamos ordenar, anonimizar, etiquetar, trasladar, almacenar y someter a análisis en los tiempos establecidos en el protocolo. Luego de esto, se trabajó en el registro sistematización y análisis de datos, esto último aportado por el Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de la UNR.