El proyecto, que apunta a mejorar la fertilidad, fue seleccionado en el marco del programa Proyectos Federales de Innovación 2021 del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación
Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Casilda, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), está trabajando en el desarrollo de técnicas para mejorar la fertilidad y potenciar la producción de carne porcina en la región y el país.
La iniciativa fue seleccionada en el marco de la convocatoria “Proyectos federales de innovación – PFI 2021” impulsada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, que aportó tres millones de pesos para financiar la investigación.
La acción cuenta con el aval de la Agencia Santafesina de Ciencia Tecnológica e Innovación que intervino en la evaluación y jerarquización del proyecto denominado “Desarrollo de técnica metodológica para la determinación de estadios del ciclo estral y anestro en cerdas mediante el uso de la citología vaginal y el patrón de arborización del moco vestibular”.
Se trata de un estudio encarado por docentes de la cátedra de histología II y embriología especial que depende del laboratorio de citología vaginal exfoliativa y cuyo proyecto es dirigido por la médica veterinaria, Marina Dibarbora.
Los investigadores explicaron en un comunicado que su trabajo “propone una metodología para desarrollar, validar y transferir técnicas diagnósticas sencillas, poco invasivas y aplicables en las condiciones de producción nacional a todos los tipos de explotaciones, sin importar la ubicación geográfica, respaldo económico o capacitación técnica de la explotación”.
Y aseguran que con esta herramienta “cualquier productor y/o técnico podrá evaluar objetivamente, mediante un estudio de bajo costo, la presencia o no de ciclo estral (celo) de la cerda, y así realizar una correcto diagnóstico de las hembras problema”.
El decano de Veterinarias, Mariano Garate, indicó a La Capital que “la utilización de esta metodología posiciona a la facultad de Casilda y a la UNR como un actor clave en la investigación y transferencia de tecnología de alto impacto en el desarrollo económico productivo de la región que, en conjunto con las instancias gubernamentales, se convierten en actores centrales del desarrollo provincial”.
El objetivo es potenciar aún más a la producción de cerdos en Argentina que “en los últimos años experimentó un constante crecimiento, posicionando a esta carne como un producto de alto valor y a su vez aumentando las exigencias productivas y sanitarias de las granjas”.
Así lo indicaron los investigados a través del comunicado donde también resaltan que “la provincia de Santa Fe posee un alto potencial en el desarrollo del sector productivo de carne porcina formado por pequeños y medianos productores altamente generadores de mano de obra en toda la cadena de valor con gran impacto socioeconómico”.
En la misma línea detallan que “es la tercera productora de cerdos del país y ocupa los primeros lugares a nivel nacional en cuanto al procesamiento de carne porcina”, para luego sostener que ante ese escenario “es de vital importancia lograr buenas performance reproductivas” con la vista puesta en la “eficiencia y rentabilidad”.
En tal sentido, explicaron que “la eficiencia reproductiva es un objetivo importante en sistemas de producción animal, y en la industria porcina se mide, entre otros indicadores, por el número de lechones destetados por cerda por año, la tasa de descarte de hembras y la vida media del plantel (Herd Life)”. “Lograr _añadieron_ una longevidad adecuada a nivel individual y, por consiguiente, a nivel granja, permite obtener una mayor productividad debido a la retención de hembras en los partos óptimos (3° a 5°) de mayor número de lechones nacidos; mejor amortización de costos de reposición de hembras; y mayor inmunidad del plantel”.
En ese contexto, advirtieron que “uno de los problemas que atentan contra la mencionada performance reproductiva es el anestro o ausencia de celo, siendo una de las causas más frecuentes de descarte de cerdas, afectando la productividad numérica de la granja, incrementando costos y aumentando riesgos sanitarios”.
“El criterio de descarte en las granjas _agregaron_ se realiza de forma empírica y la eficacia de este sistema depende casi exclusivamente de la experiencia y capacidad del personal para evaluar la actividad ovárica”. Y en la misma dirección precisaron que “la ultrasonografía y el dosaje de hormonas en sangre son las técnicas disponibles, pero las mismas no son ampliamente utilizadas en nuestro medio por la necesidad de técnicos calificados, costos de los equipos o distancias entre la granja y los laboratorios”.