Proyectan que la altura del río seguirá en descenso. «No se pesca absolutamente nada y los muchachos se la rebuscan con changas en la construcción o en lo que venga», dicen los pescadores.
El río Paraná registró este domingo una altura de 1,02 metros en el puerto de Rosario. Esta medida genera preocupación entre los pescadores locales y de zona aledañas. Además, se espera que en las primeras semanas de septiembre esta cifra siga cayendo hasta llegar a los 0,40 metros para después recuperarse progresivamente.
En la ciudad de Victoria también se siente esta situación alarmante. «No se pesca absolutamente nada y los muchachos se la rebuscan con changas en la construcción o en lo que venga», comentó el pescador Víctor Lemarie en un diálogo con el medio digital Paralelo 32.
En este sentido, señaló que para poder realizar la actividad correctamente las marcas hidrométricas deben estar por arriba de los 3 metros. En la ciudad entrerriana la altura del río esta semana estuvo entre los 1,28 y 1,30 metros.
«Nunca hemos visto una bajante tan rápida. Antes, siempre quedaban arroyos y cursos de agua donde se podía navegar, pero eso actualmente es imposible», consideró el pescador.
Además, Lemarie explicó que el problema se profundiza al acumularse sedimentos en las bocas de ingreso al humedal, sobre todo en la costa santafesina. El agua se desplaza hacia los sectores donde se canaliza el río y deja zonas críticas como la boca del Espinillo, Las Mangas y la Azotea. De esta manera, dichos espacios quedan sin flujo de agua.
Por otro lado, trabajadores del río, como aquellos que transportan a turistas que quieren ir paradores específicos o hacer caminatas en los humedales, también ven su oficio en peligro. La bajante les impide llegar a algunos lugares porque los cursos de agua se volvieron intransitables.