Los habitantes de la capital provincial salieron multitudinariamente a las calles a pedir soluciones frente al delito.
Con una manifestación sin precedentes por su inédita modalidad, masividad y extensión, miles de santafesinos salieron anoche a las calles con cacerolas y pancartas, se concentraron en más de una veintena de puntos estratégicos de la ciudad capital para repudiar la ola de inseguridad y reclamar medidas «urgentes y efectivas» contra la ola de delitos que se suceden en Santa Fe.
Seguridad ya», «no queremos más ver morir en la calle a nuestros familiares» y «basta de motochorros sueltos», fueron algunas de las consignas voceadas en los cánticos de la gente y escritos en las pancartas con cacerolas y bocinazos de fondo de los automovilistas que transitaban las primeras horas de la noche las calles y avenidas de la ciudad fundada por Garay.
La movilización comenzó a gestarse días antes a partir de una nueva marcha propiciada por los vecinos del residencial barrio de Guadalupe, se amplificó a través de las redes sociales y alcanzó anoche una magnitud nunca antes vista a lo largo y a lo ancho de la ciudad capital de la provincia.
Más de 30 asociaciones vecinales convocaron a concentrarse a los ciudadanos en puntos claves del ejido urbano como la rotonda de la Costanera, las avenidas troncales y plazas en barrios de clase media como Guadalupe, Siete Jefes, Candioti Sur y Norte, Constituyentes, Centro y Sur. Pero también la adhesión fue multitudinaria en barriadas enclavadas fuera del radio de los ‘bulevares’ que delimitan el macrocentro y la avenida costanera que bordea las zonas residenciales. Entre ellos Pompeya, Barranquitas, Las Delicias y Transporte.
Tal vez anticipándose a la previsible contundencia de la novedosa protesta ciudadana, las autoridades provinciales partiendo del propio gobernador, el ministro de seguridad y el jefe de la policía habían no sólo apoyando sino también insólitamente alentado a la población a adherirse a la protesta que justamente fue dirigida a ellos, lo que no hizo otra cosa que potenciar la multitudinaria asistencia.
Que nos resuelvan
«No queremos funcionarios que nos expliquen que los robos son «estacionales», sino que nos resuelvan esta situación que no da para más», sostuvo indignada una vecina en explícita alusión a las declaraciones a un medio porteño del ministro de Seguridad Marcelo Saín.
Vecina de Guadalupe «de toda la vida», la mujer se movilizó anoche hasta el Monumento a Artigas en la concurrida rotonda de la Costanera. La mujer de unos 60 años con su pequeña nietita en brazos le confesó a La Capital estar harta de que «los cacos caminen todas las noches por el techo de mi casa como si estuviesen en la peatonal». A su lado, un antiguo comerciante del barrio también se lamentaba: «No me resigno a mudarme, porque acá crecieron nuestros hijos, pero se hace muy difícil vivir con miedo todo el día»
La presidenta de la vecinal Las Delicias, una barriada popular del norte de la ciudad, Rosalía Acosta, definió el estado de cosas con crudeza: «la ciudad perdió la paz. Es verdad que hay desocupación y droga pero eso no es justificativo para que se mate con tanta saña».